Yeguada Señorío de Bariain

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Historia y orígenes

INTRODUCCIÓN DE ÁLVARO MUGURUZA, PROPIETARIO DE LA YEGUADA SEÑORÍO DE BARIAIN

Comienzo la yeguada en 1981 con la compra de cinco yeguas de Bonilla. En 1984 la amplío con la adquisición de la yeguada de D. Jose Moreno Lovera, cuyos orígenes son Yeguada Militar y Escalera por la línea de madres. Se seleccionaron entonces las 15 mejores yeguas y se les aplicaron dos caballos de la línea cartujana (HABANERO V de Terry y PERUANO de Fernández Daza). Se añadieron al grupo de madres algunas potras nacidas de la aplicación de diferentes sementales a estas yeguas (Guardiola –NADAL y VICTORIOSO III-, Marín García -OFICIAL XXIX- y Miura – PANADERO VII, VIII Y XV-). Esta línea se ha mantenido a lo largo de los años, utilizando los mejores ejemplares como sementales (GAUCHO III, KOGOVO, KEFREN, LASTUR) y ampliando líneas con TORONJO IV (Candau), IMPACIENTE II (Hermanos Camacho Benitez) y ARMAS TARUGO (Plaza de Armas – Florencio Moreno Muñoz e Hijos).

Yo considero que la genética la transmiten fundamentalmente las madres; para mi fue muy importante partir de una misma línea de madres para conseguir un conjunto homogéneo de animales que sean fácilmente identificables con el hierro. En la decisión sobre qué semental cubre cada yegua influye tanto la complementariedad del físico y de las aptitudes como los orígenes de cada animal. Creo que es necesario controlar la consanguinidad porque, aunque pueda dar buenos resultados puntualmente, no me parece bueno cerrar en exceso la yeguada. Se trata de encontrar el equilibrio entre aperturas que mejoren la yeguada y mantenimiento de la línea.

El objetivo que he perseguido desde el principio en la Yeguada Señorío de Bariain, ha sido el de conseguir caballos funcionales y útiles además de bellos. Para ello es necesario una estructura ósea suficientemente fuerte, buenas espaldas, buenos aplomos y por supuesto, un buen carácter que les aporte valentía y capacidad de entregarse. En resumen, un físico potente y estético en animales de buen carácter.

Yo no soy partidario de seguir las modas en la cría; es decir, buscar por ejemplo determinadas capas o características físicas que puedan resultar atractivas y rentables en un momento determinado. El peligro de seguir modas, a veces extremadamente opuestas, es claro y daña la funcionalidad del animal. En la Yeguada Señorío de Bariain se considera que el “patrón racial” debe ser un concepto dinámico sin excluir lo bueno que sea resultado de la evolución natural.

En resumen, he dado los siguientes pasos en el largo camino de la constitución de una ganadería: en primer lugar, consolidar un tipo de caballo, es decir, conseguir un sello característico de la yeguada para que se refleje en ella mi gusto; y en segundo lugar, he intentado adaptarme a la evolución para lograr mantenerme en el tiempo.

Desde hace tiempo, los caballos de la Yeguada Señorío de Bariain se preparan más específicamente para la doma clásica que está introduciendo de forma clara al caballo español en el mundo del deporte. Nuestro caballo tiene unas aptitudes naturales, tanto artísticas como de carácter (capacidad de elevación, facilidad de aprendizaje) que le permiten brillar en la doma, siempre que los caballos tengan la suficiente fuerza para realizar los ejercicios. En los niveles bajos y medios de doma el caballo español proporciona una experiencia mucho más agradable en términos de facilidad, suavidad y disfrute, mientras que en los niveles altos, el PRE aporta más arte.

Al caballo europeo, más mecanizado y fuerte en sus movimientos, le puede faltar esa chispa que de la victoria final en una prueba.

El caballo español tiene mucha facilidad para aprender, pero también es muy fácil confundirlo porque aprende pronto tanto lo bueno como lo malo. Por ello creo que hay que tener muchísimo cuidado en su doma. Por otra parte, es un caballo tardío y la tendencia a montarlos demasiado pronto, puede dañar su estructura ósea y romperlos pronto.

La yeguada comienza a desarrollarse en la finca Don Tello, en Mérida, siguiendo como principal criterio de selección la funcionalidad, pero sin olvidar la belleza y las aptitudes físicas puesto que el caballo español debe ser fuerte, guapo y armonioso en sus movimientos. Para conseguir estos resultados, los animales se crían en total libertad hasta alcanzar los tres años de edad. En 1999 traslado la yeguada a Villacarriedo, en el valle del Pisueña (provincia de Santander). En la actualidad, las madres con sus potrillos nacidos este año están en Don Tello (Mérida), manteniéndose el resto de ganado en Villacarriedo.



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